sábado, 10 de mayo de 2008

Etimología Chihuahua (Parte II)

A continuación transcribo la información encontrada en la Documentación sobre la Ciudad de Chihuahua proporcionada por la Sociedad Chihuahuense de Estudios Históricos.

Nota: Escribí cuidadosamente el texto tal y como viene, por lo que los aparentes errores ortográficos aparecen en el texto original.

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Etimología de la Palabra Chihuahua
(1)

Por Francisco R. Almada

Hasta hoy conozco cinco acepciones que se dan al vocablo Chihuahua, nombre de nuestro Estado y su capital; cuatro de ellas que suponen ser de origen tarahumara y la última de procedencia nahoa.

Para las cuatro primeras no se ha tomado en cuenta que la actual ciudad de Chihuahua no fué fundada con ese nombre, sino con el de Real de San Francisco de Cuéllar, exclusivamente con españoles, y que cuando esto aconteció no existía aquí ninguna ranchería indígena de este nombre. El decreto del Gobernador de la Nueva Vizcaya, Don Antonio Deza y Ulloa y demás detalles y documentos sobre su fundación se encuentran en el número 1 y siguientes de este mismo "Boletín"*.

Pretendí precisar el origen del nombre de Cuéllar añadido a San Francisco, Patrono de los Misioneros que habían evangelizado esta región, con que se bautizó a la nueva fundación; pero me fué completamente imposible. Sólo fijé la hipótesis de que el Gobernador Deza y Ulloa o alguno de los prohombres de aquella época hayan sido originarios del pueblo de Cuéllar, cabecera del partido judicial de la Provincia de Segovia, España, pues entre los primeros españoles radicados en la hoy ciudad de chihuahua no he encontrado hasta hoy ninguno de apellido Cuéllar que pudiera haberse elegido para el caso, pues entre los conquistadores fué frecuente el procedimiento de repetir el nombre de las Provincias y de los pueblos españoles de donde procedían.

Primitivamente, esto es, desde el descubrimiento de sus minas en 1702, fué el actual Mineral de Aquiles Serdán el que recibió el nombre de Santa Eulalia de Chihuahua y también se le llamó Santa Eulalia de Mérida de Chihuahua. Siete años después que se fundó la actual ciudad de este nombre, se le dió el nombre ya expresado de San Francisco de Cuéllar, que se le cambió el 1° de octubre de 1718 por el de Villa de San Felipe el Real de Chihuahua; pero antes de esta fecha nunca se llamó Chihuahua.

Por estas razones, si vamos a apoyarnos en las reglas o características de los indios para dar nombre a los lugares habitados en donde se asientan temporal o definitivamente aplicando o aprovechando determinado accidente geográfico, el nombre de Chihuahua no se ajusta a ellas al buscarle la significación autóctona a esta voz.

La mayor parte de los nombres de lugares habitados se forman en el dialecto tarahumara con alguna particularidad genérica del lugar, agregando cualquiera de las desinencias "chi", "chiqui", "achi" o "rachi" a los sustantivos o a los infinitivos presentes, como se observa en Matachí, Tepochiqui, Aboreachi y Pahuírachi; no encontrándose entre la regla anterior la voz Chihuahua, que lleva en primer lugar la partícula "chi".

Además, los indios que habitaban sobre la cuenca del Río del Sacramento en la época en que se fundó la ciudad de Chihuahua, eran conchos, que no sólo estaban diseminados sobre el Río de este nombre, sino hasta el actual Municipio de Namiquipa. Con indios de esta raza fundaron los misioneros franciscanos el actual pueblo de Nombre de Dios en 1697 y los naturales de este pueblo fueron auxiliares del General Juan Fernández de Retana en la campaña en contra de los tarahumaras sublevados en este año y en los subsiguientes.

Ponce de León, Don Silvestre Terrazas, Aguilar Sáenz y otros escritores chihuahuenses, están de acuerdo en que el pueblo de nombre de Dios fué fundado por los franciscanos y así lo afirma también Fray José Arlegui, en su Crónica de la Provincia de San Francisco de Zacatecas, escrita en 1742. Los autores primeramente citados le atribuyen el mismo origen a la ciudad de Chihuahua, esto es, haber sido fundada por los misioneros de la Orden de San Francisco; pero la publicación del decreto de 12 de octubre de 1709 ha dejado establecida la verdad histórica sobre esta fundación española.

Si se leen las importantes obras históricas de los Sres. Ponce de León y Terrazas, que se apoyan también en la Historia de la Compañía de Jesús en Nueva España, del Padre Alegre, se encontrará la disputa que tuvo lugar en 1676 entre jesuitas y franciscanos al avanzar los primeros hasta los actuales pueblos de Temósachi y Yepómare, cuando los segundos ya habían sometido a su jurisdicción a los pueblos del actual Distrito Galeana. Esta controversia fué resuelta por las autoridades eclesiásticas en el sentido de que toda la tarahumara quedara bajo el control de los jesuitas y el resto de la región de la Nueva Vizcaya que hoy forma el Estado de Chihuahua en el de los franciscanos. (Véase el Tomo III, pág. 16 de la obra expresada).

Así, pues, quedaron las Misiones de Nombre de Dios, Santa Isabel de Tarsimares (General Trías), Julimes, Tapacolmes, (Rosales), Carretas (Gran Morelos), San Andrés (Riva Palacio), San Pedro de Conchos, Babonoyaba, Bachíniva, Namiquipa, Cruces, Casas Grandes y otros lugares a cargo de los misioneros franciscanos, fuera de la región montañosa de la Sierra Madre.

Para establecer los jesuitas la Misión de Santa Ana de Chinarras en 1716, cuyas ruinas todavía se levantan en las inmediaciones de la Villa de Aldama, única que tuvo la Compañía de Jesús fuera de la Sierra Madre, necesitaron permiso especial del Gobernador de la Nueva Vizcaya Dn. Manuel de San Juan y Santa Cruz, con oposición terminante de los franciscanos, habiéndose fundado con indios chinarras. El mismo permiso necesitó, del Virrey Marqués de Balero, el Padre Luis Mancuso en 1718 para principiar la construcción del Colegio de Jesuitas en la actual ciudad de Chihuahua, que estuvo donde hoy se levantan los Palacios de Gobierno y Federal. Con lo anteriormente expuesto queda manifestado que los tarahumaras no habitaron en los terrenos de la hoy capital del Estado.

Las acepciones de origen tarahumara atribuídas al vocablo Chihuahua son las siguientes:

I.- Lugar de Fábricas.- Dicen que se le dió por la gran cantidad de haciendas de beneficio de metales y cendradas o vasos de fundición que se establecieron a orillas del Río Chuvíscar en el primer tercio del siglo XVIII, a raíz del descubrimiento de las minas de Santa Eulalia; pero los que así opinan no han tomado en cuenta que la palabra Chihuahua ya se aplicaba al expresado Mineral con anterioridad al establecimiento de las llamadas fábricas; que este vocablo no es propio del dialecto tarahumara porque ni antes ni después han tenido fábricas los indios de la tribu citada, y que la adaptación de voces que no son originalmente indígenas es una de las causas que han traído mayores variantes en la lengua tarahumara de una región a otra. Por último debo aclarar que en el dialecto tarahumara sólo existe la voz "hacer", que puede interpretarse fabricar, que se pronuncia "nehua" o "gayena" y no acierto qué flexión se le pudiera dar para aaptarlo a la voz Chihuahua.

II.- Junto a dos aguas.- Para llegar a esta conclusión han descompuesto la palabra como sigue: "chi", lugar; "hua", agua; "hua", agua; haciendo mención a los ríos del Sacramento y de Chuvíscar, que se juntan en las inmediaciones de la capital.

La desinencia "chi" abstractamente denota la declinación del pronombre yo; "me o a mi" que disloca completamente el significado que se le quiere dar, y "hua" es abstractamente la traducción de la palabra madrugar.

La apreciación también resulta falsa porque la voz "chi" no denota lugar a principios, en medio de dicción o sola, y agua en el idioma tarahumara es "bahui" o "bahuéqui". Por otra parte, como los sustantivos no se pluralizan en este dialecto, si no es anteponiéndole el adjetivo cardinal correspondiente, dos aguas sería traducido al tarahumara "ocuabahuiqui", que ni por aproximación se asemeja a la palabra Chihuahua.

Por último, debo aclarar que el Real de San Felipe de Cuéllar, después de Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, se fundó en el lugar en donde se levanta, porque hasta allí tuvieron que venir los mineros de Santa Eulalia a establecer sus primeras cendradas para el beneficio de metales, en virtud de que los dueños de Tabalaopa les imponían condiciones onerosas para permitirles establecerse dentro de sus terrenos, y tuvieron forzosamente que fincar fuera de los límites de la expresada Hacienda.

III.- Lugar de la piedra agujereada.- Significado que se atribuye a Guaguachí o Guaguachiqui, pueblo del Municipio de Urique, considerando las mismas sílabas de Chihuahua, nada más invertidas.

Los que así opinan toman como fundamento lo que pudiéramos llamar la piedra agujereada, que es la ventana o traga-luz que presenta el Cerro del Coronel en la parte alta, al lado de la derecha, visto desde la Avenida Juárez.

De acuerdo con el dialecto tarahumara que se habla en el Municipio de Bocoyna, es imposible constatar la acepción antes expuesta porque la piedra en tarahumara es "rehéque" y agujereada "ehuárame" o "ehuácame"; agujero "ehuaca" y agujerear "ehuará", y tampoco he podido combinar la primera voz con cualquiera de las siguientes para que resultara en la construcción Guaguachiqui o Chihuahua.

IV.- Costalera o saquería.- Derivada del la voz indígena "chihuahuira", "chihuahuara" o "maruca", que sirve entre ellos para designar una bolsa de cuero que generalmente llamamos talego, en la que los indios ponen su pinole o cualesquiera otra cosa pequeña que llevan durante sus viajes.

Se interpreta que si "chihuahuira" o "chihuáhuara" significa costal, Chihuahua denota costalera o saquerío; pero con este criterio también podría decirse que si "chihuá" es la traducción del verbo robar, Chihuahua será la gavilla de ladrones; y si "chihuaca" es leche, Chihuahua significará establo.

Debo aclarar que en lugar de aplicar alguna otra desinencia a "chihuahuira" para pluralizar la voz "costal" o talego, se le quita la última sílaba para que denote costalera o saquerío, lo que no está de acuerdo con la regla gramatical citada antes, pues muchos costales sería "huecá chihuahuira" en el dialecto tarahumara.

Ahora bien, si con el significado de "costalera o saquería" se quiere hacer mención a la gran cantidad de sacos que se usaban para transportar los metales de las minas de Santa Eulalia de Chihuahua a las haciendas y cendradas del Real de San Francisco de Cuéllar, la interpretación también resulta errónea, pues los sacos fueron posteriores al nombre de Chihuahua que desde sus orígenes se dió al actual Mineral de Aquiles Serdán y hasta 1718 a la capital, y todavía existe en el primer lugar en un punto llamado Chihuahua Viejo.

V.- Así seco o arenoso.- Félix Ramos y Duarte, en su Diccionario de Curiosidades Históricas publicado en 1899, afirma que Chihuahua es probablemente una palabra de origen azteca formada de "Xicuauhuya", que se descompone: "Xi", así, y "Cuauhua", síncope de "cuauhuacqui", seco o cosa seca o arenosa.

Esta acepción la encontré también en la Revista "CHIHUAHUA", editada en 1909 por la Librería de Ch. Bouret. En la página 2, columna 1a., se lee lo siguiente: "... por lo que toca a la etimología de la palabra Chihuahua, es dudosa. Se ha supuesto que podría tener parentesco con el nombre "Chichilticalli", que se halla en viejas crónicas y del que se cree Orozco y Berra que pudiera aplicarse a Casas Grandes. El señor Chavero la supone derivada del nahuatl y dice que podría ser una corrupción de "Xicuahua" y que significaría "lugar árido o lugar arenoso".

Si se toman en cuenta las razones anteriormente expuestas sobre el nombre primitivo del Mineral de Aquiles Serdán, es allí donde debe buscarse el accidente o detalle geográfico que dió origen al nombre de Chihuahua, tomando en cuenta la regla o costumbre aplicada por los indios para dar nombre a los lugares habitados. La escasez de agua es uno de los problemas fundamentales que allí siempre ha existido para la subsistencia de la población, desde los lejanos días del Gobernador Deza y Ulloa hasta 1942, pues el arroyo que atraviesa este Mineral sólo arrastra las aguas broncas en los días de lluvias y el resto del año está completamente seco.

Por otra parte, los naturales que habitaron en las inmediaciones de la actual ciudad de Chihuahua no fueron tarahumaras, sino conchos, que están extinguidos, y por lo mismo no es posible precisar si pertenecieron al mismo tronco etnográfico, pero si éstos eran, la hipótesis resulta más aceptable todavía. Por último, ya para cerrar este artículo diré que los aztecas durante su tercera morada se estacionaron en diversos lugares de los actuales Distritos Galeana y Bravos, de donde trastumbaron la Sierra Madre en dirección al actual Estado de Sinaloa y que en jurisdicción del Estado de Chihuahua existen otros lugares geográficos de origen nahoa como son: Almoloya, Atotonilco, Jacales, Mezcal, Huizopa, Otate, Guajolote, Peyote, Metate, Chácate, Guarache, Tepehuaje, Biznaga, Petatlán, etc., etc.

Por todas estas consideraciones y tomando en cuenta que las tres primeras acepciones son anónimas, la cuarta sólo aceptada por el Sr. Dn. Silvestre Terrazas en Curiosidades Históricas, y en mi concepto lingüísticamente deleznables al analizarlas, me parece más aceptable la hipótesis de Ramos y Duarte, pues realmente Aquiles Serdán es un lugar demasiado seco.

(1) Este interesante artículo fué publicado en el "Boletín" de la Sociedad Chihuahuense de Estudios Históricos, tomo I. N° 10, marzo 15 de 1939, págs. 313 a 317 y 348.

*Información que transcribiré posteriormente por lo pronto comencé con la etimología que es el numero 3 de esta documentación.